«Padre celestial, en esta hora tranquila, cuando me dispongo a dormir, elevo mi corazón hacia Ti. Te agradezco por el don de otro día en tu amorosa presencia, y te pido perdón por mis pecados y debilidades, y te entrego mis cargas y preocupaciones. Te pido que abraces mi alma con tu gracia y paz, permitiendo que mi sueño sea un reflejo de mi confianza en ti. Que tus ángeles custodios velen sobre mí y me protejan durante la noche. María, Madre de la Divina Gracia, intercede por mí ante tu Hijo, para que pueda despertar renovado en cuerpo y espíritu, listo para seguir tu voluntad. Amén.»

compartir por messenger
compartir por Whatsapp