“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”. 2 Corintios 9:6-7.

Cuando nuestra generosidad se pone de manifiesto y además lo hacemos con alegría, el Señor se goza con nosotros porque estamos experimentando que “es más bienaventurado dar que recibir”.

¿Qué visión tenemos de las celebraciones de fin de año? Para muchos se trata de la obligación de hacer algún regalo para poder recibir otro a cambio. Otros solo piensan en lo que van a recibir, pero mantienen su corazón cerrado a la generosidad. Qué de dar sin esperar nada a cambio. Dar por el simple deseo de bendecir. Dar como una manera de hablar de Aquel que dio su propia vida por nosotros.

Claro, no necesitamos las fiestas de fin de año para quitarle el polvo a nuestra generosidad, sin embargo, una celebración es una buena oportunidad para bendecir a otros y hablarles de Cristo.

No es lo mismo dar las gracias que una acción que manifiesta agradecimiento. “De gracia recibimos y damos de gracia”. Tal vez tu situación económica no sea muy favorable en estos momentos, pero no se trata solo de dinero. Seguramente si pones en marcha tu creatividad descubrirás que hay muchas maneras de manifestar generosidad. Tal vez puedas cocinar algo especial para un vecino o invitar a compartir tu mesa a alguien que está solo; podrías ofrecerte a reparar algo alguien que no lo puede hacer, o preparar unas tarjetas especiales con versículos que expresan gratitud… Podemos hacer tantas cosas. Vamos, ¡pon tu creatividad en marcha!

¿No te parece maravilloso estimular acciones de gracias en otros? Así lo dice el apóstol Pablo: “Porque la contribución de este servicio suple no solamente lo que les falta a los santos, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; pues al experimentar este servicio glorifican a Dios por la obediencia de ustedes al evangelio de Cristo, y por su generosa contribución para ellos y para todos.” (2 corintios 9:12-13).

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
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