“Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.” Juan 12:26

Cuando Jesús habla de servirle, utiliza una palabra (diako) que se usaba para describir a un ayudante, un mesero, o aquel que hacía tareas domésticas. También se usaba para describir a la persona que ayudaba al anfitrión de un banquete.

En el pasaje de Juan, el Señor está invitándonos a ser sus siervos. ¡Qué privilegio es poder hacer cualquier tarea para Jesús! Sin embargo, en los tiempos que corren, pocos aceptan y valoran esta invitación. Hoy se persigue con más empeño ser servido que servir, olvidando el ejemplo que nos dio el Señor que se despojó voluntariamente de su gloria y se hizo siervo, humillándose a sí mismo por amor a nosotros.

El Señor ha planeado para cada uno de sus hijos diferentes oportunidades para servir a otros. Y no solo hizo un plan, sino que junto con el plan vienen los recursos. Nadie puede decir que no es apto para servir al Señor, porque en realidad no se trata de lo que nosotros podemos hacer, sino de lo que le dejamos hacer a Él través de nosotros

Recuerda, servir no se trata ver cuánto tiempo te sobra para hacer algo en tu iglesia o a favor de alguien. Servir es una manera más de manifestar nuestro amor al Señor y nuestro compromiso con la comisión que nos ha dado.

Las tareas son diversas, los ministerios variados, pero lo más importante no es lo que hacemos, sino a Quién servimos. No pierdas más tiempo, sirve al Señor, y que cuando llegue el momento de encontrarte cara a cara con Él, que puedas escuchar: “Bien, buen siervo y fiel, entra en el gozo de tu Señor”.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Libro de devocionales «Tiempos de Refrigerio»
Adquiera el libro en Amazon

compartir por messenger
compartir por Whatsapp