“Pero estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.” Juan 20:31.

Hace algunos años atrás, mientras me realizaba un chequeo médico de rutina, vi que la enfermera que me atendía llevaba un colgante con la estrella de David, entonces le pregunté si era judía y me respondió que sí, pero también cristiana. Eso abrió las puertas a una corta pero impactante conversación. Me contó que su hijo se había enamorado de una chica cristiana, y para casarse ella tenía que cumplir con todos los ritos del judaísmo. La joven aceptó, pero con la condición de que ellos leyeran toda la Biblia, especialmente el Nuevo Testamento. Aceptaron a regañadientes, pero cumplieron la promesa.

En este punto de la conversación la enfermera comenzó a cambiar su cara, y continuó su relato: “Usted no lo va a creer, pero cuando comenzamos a leer Mateo nos impactó todo lo que decía sobre Jesús. Fue increíble para nosotros ver como todas las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento se cumplieron en Cristo. Nos devoramos el Nuevo Testamento, a tal punto que no solo recibimos a Jesús como nuestro Salvador, sino que ¡estamos esperando su Segunda Venida para reinar junto con Él por la eternidad!” ¡Wow… Aleluya! ¡Qué tremendo testimonio de lo que hace la Palabra de Dios!

Ese es el propósito principal por el cual Dios nos dejó la Biblia. Juan dice que es para conocer al Hijo de Dios, su obra en la cruz, y para que creyendo en Él tengamos vida eterna.

Entonces, ¿por qué leemos la Biblia? ¿Para cumplir con Dios y que no se enoje porque no la leemos? ¿Para recibir bendiciones? ¿Para que seamos guardados del mal? ¿Para levantarnos el ánimo? ¿O hemos entendido el propósito eterno de Dios?

Jesús les dijo a los religiosos: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39). Esa es la clave. La Biblia nos revela a Jesucristo, y los cristianos apasionados por Él debemos leer su Palabra para conocerlo más profundamente, para tener su mismo corazón y para saber lo que significa pasar toda una eternidad con Él.

Leamos la Biblia, interpretémosla correctamente, apliquémosla en todos los órdenes de nuestra vida, y demos a conocer el mensaje a otros porque somos portadores de la verdad que salva.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Libro de devocionales «Tiempos de Refrigerio»
Adquiera el libro en Amazon

compartir por messenger
compartir por Whatsapp