“Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.” Juan 20:29.

¿Sabías que hay más evidencias de la existencia de Jesús que del filósofo griego Sócrates? Aparte de los Evangelios, hubo historiadores seculares como Flavio Josefo, Tácito, Suetonio, Plinio el joven que mencionaron a Jesús llamado el Cristo en sus escritos. Puedes investigar todo esto en internet, no es ningún secreto. Sin embargo, todavía existen personas que no creen que Jesús existió.

La historia dice que existió, hizo milagros, habló de parte de Dios, fue crucificado, murió en una cruz, fue sepultado, pero nadie encontró los huesos de Jesús. Por supuesto, ¡es que ya resucitó! Hubo más de 500 personas (1 Corintios 15:6) que fueron testigos presenciales de la resurrección de Cristo. ¡Más de 500!

Además, piensa en esto: durante casi 2000 años, millones de personas (sí, millones) dicen haber experimentado su presencia, sus intervenciones milagrosas y la transformación de sus vidas. ¡Es difícil presuponer que Jesús no existe!

Ahora, si sabemos que Jesús existió, debemos seguir creyendo en todo lo que dice la Biblia. Ella dice que Jesús resucitó y ascendió a los cielos, ¡y reina desde el trono celestial! También dice que regresará otra vez a reinar en este mundo junto a todos los que creen en Él. Esa es la condición: creer.

Jesús dijo que somos bienaventurados, muy felices y bendecidos, si creemos en Él sin haberle visto. Una aparición física no haría a Jesús más real de lo que ahora es. Aunque nuestros ojos físicos no puedan verle, nuestra vida da testimonio de que Él está vivo.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
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