“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. Isaías 41:10.

Como seres humanos tenemos límites. Podemos enfermarnos, quebrarnos un hueso, lastimarnos un músculo, torcernos un tobillo… todos somos vulnerables. Otras veces tenemos las fuerzas físicas pero nos faltan las fuerzas emocionales, mentales y hasta espirituales. El desánimo, la frustración, la tristeza, la ansiedad puede dejarnos más debilitados que correr un maratón completo.

Dios conoce a su pueblo; sabe cuáles son sus límites. Cuando llegamos al final de lo que nosotros podemos hacer, Dios nos dice: “Yo soy tu Dios que te esfuerzo”.

La palabra hebrea usada aquí para la expresión “te esfuerzo” es amats que significa “estar alerta, tanto física como mentalmente; afirmar, alentar, animar, ayudar, confirmar, consolidar, fortalecer, hacer fuerte, prevalecer, ser valiente”. Vuelve a leer esta definición y presta atención a lo que Dios hace en ti. ¡Es extraordinario!

¿Cómo podemos estar seguros de que Dios lo hará si nunca lo hemos experimentado? ¿Cómo podemos saber que veremos actuar a Dios al enfrentarnos a nuestros límites? Lee todo el versículo y verás sobre qué apoyar tu confianza.

El Señor promete “ayudarnos” siempre. Por supuesto que no hace todo el trabajo, pero nos ayuda en nuestra debilidad. Cuando las fuerzas nos fallan, Él obra milagrosamente.

Promete “sustentarnos” siempre. Dios es justo para perdonarnos, limpiarnos, santificarnos; pero también es nuestra justicia, nuestra fuente de todo bien y el que suple nuestras necesidades.

Nos toma de la mano cuando caemos, nos levanta y fortalece. Jamás nos dejará caídos, nos da las fuerzas y el ánimo para avanzar.

“Yo estoy contigo” te dice el Señor, por tanto no debes temer. El autor de Hebreos también nos anima para depositar nuestra fe en el Dios que nunca falla: “De manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre”. (Hebreos 13:6).

Toma tiempo para estar en la presencia de Dios en oración. Recibe del Señor las fuerzas que necesitas. Él es quien te esfuerza en este día.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
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