“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” Romanos 8:31.

La respuesta a la pregunta de Pablo en Romanos es obvia: Nadie en contra de nosotros. ¡Aleluya! ¡Qué verdad tan reconfortante! Y esto es a pesar de cómo nos sintamos. A veces nuestros sentimientos nos juegan una mala pasada y pensamos que esta promesa debe ser para algunos hijos especiales. Y no, no es así porque Dios no tiene favoritos.

¿Cómo afirmar entonces nuestra fe para creer que la promesa de victoria espiritual es para nosotros? Esta pregunta requiere de su contexto. Por favor, lee con cuidado todo el párrafo de Romanos 8:28-39 y verás los beneficios de pertenecer a Jesucristo.

– Estamos libres de condenación. V. 34. Nadie ni nada puede condenarnos porque Jesucristo pagó por nuestra liberación. Las acusaciones del diablo no tienen fundamento cuando alguien ha hecho a Jesucristo Señor de su vida.

– La culpa no puede contra nosotros. V. 33. Sí, todos sabemos lo culposos que nos sentimos por causa de nuestros pecados. Pero la Palabra de Dios dice que hemos sido perdonados, nuestros pecados borrados y limpiado nuestro historial, a tal punto que Dios no se acuerda más de ellos. ¡Maravilloso!

– Nuestras necesidades están satisfechas por Dios. Jesucristo nos dijo que no debemos afanarnos (Mateo 6:34) porque el Padre se ocupa de nuestras necesidades. “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (v. 32).

– Nada ni nadie nos puede separar del amor de Cristo. ¿Leíste la lista que presenta este pasaje? Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro, espada, la muerte, la vida, ángeles, principados, potestades, lo presente, lo por venir, lo alto, lo profundo, ni ninguna otra cosa creada… ¡Absolutamente nada nos puede separar del Señor!

Por eso es que el apóstol Pablo puede decirnos con toda certeza que “en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó” (v. 37). El secreto de tus victorias no está en ti mismo sino en el que te rescató. ¡Y toda la gloria sean dadas al Rey de reyes y Señor de señores por siempre!

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Libro de devocionales «Tiempos de Refrigerio»
Adquiera el libro en Amazon

compartir por messenger
compartir por Whatsapp