“No moriré, sino que viviré, y contaré las obras de Jehová”. Salmo 118:17

Dios es el único que tiene contados nuestros días. Él sabía cuándo íbamos a nacer, y también sabe cuándo vamos a partir hacia la eternidad. A pesar de saber esto, muchas veces tenemos temor de perder la vida cuando no podemos controlar las circunstancias y parece que estamos a merced de ellas.

El rey David sintió esto cuando fue rodeado por sus enemigos y parecía que ya no tenía salida. Los discípulos creyeron que iban a morir cuando enfrentaron una gran tormenta en el mar de Galilea (lo sorprendente es que Jesús iba con ellos). ¿Y qué me dices del apóstol Pablo? En un momento de su vida llegó a decir: “Pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida”. (2 Co. 1:8).

Las circunstancias que rodean nuestra vida pueden ser diferentes a las de David, los discípulos o el apóstol Pablo, sin embargo, tenemos al mismo Señor con nosotros. ¿Qué haremos entonces? ¿Nos dejaremos arrastrar por las circunstancias? ¿Le haremos caso al diablo? ¿Aceptaremos sus mentiras? ¿Vamos a olvidar Quién está a cargo de nuestra vida?

Al diablo no le conviene verte motivado y viviendo para la gloria de Dios. Por el contrario, quiere verte derrotado, desanimado y con ganas de morir. Él sabe que si logra esto, tiene la mitad de la batalla ganada.

Es hora de poner tu fe en marcha y gritar como el salmista: “¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti?” (Sal. 73:25). ¡Tenemos un Dios Todopoderoso que calma la tempestad, que pone límites a nuestros enemigos y nos fortalece cuando estamos débiles!

Levántate en el nombre del Señor y proclama con fe: “¡No moriré, sino que viviré, y contaré las obras del Señor!”

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Libro de devocionales «Tiempos de Refrigerio»
Adquiera el libro en Amazon

compartir por messenger
compartir por Whatsapp