“Despierta, despierta, Débora; despierta, despierta, entona cántico… Marcha, oh alma mía, con poder.” Jueces 5:12a, 21b

Israel estaba siendo hostigado y oprimido por sus enemigos canaanitas hasta que clamaron a Jehová y Él les respondió. Dios levantó a Débora, una verdadera profetiza en el pueblo, con un mensaje convincente y un llamado a pelear la batalla. Dios les dio una victoria tremenda y para conmemorarla, Débora fue inspirada a escribir la canción del capítulo 5 de Jueces.

Si lees todo el capítulo, notarás que muchas veces la misma Débora se habla a sí misma y se responde. Hay un diálogo interno muy interesante.

Nosotros sabemos bastante de diálogos internos, para bien o para mal. Cuántas veces nos hablamos a nosotros mismos con frases negativas como resultado de aquellas palabras inapropiadas que escuchamos mientras crecíamos. “Haces todo mal”, “eres un inútil”, “no sirves para nada”, y tantas otras que han condicionado nuestra manera de vivir y también de recibir el amor de Dios.

Una de las primeras cosas que se dijo Débora fue que era tiempo de despertarse. Aunque ella estaba en sintonía con Dios, necesitaba levantarse del adormecimiento para no permitir que el enemigo le siguiera robando. Había que dejar atrás el sometimiento, el conformismo y tomar acción para obtener la victoria.

También, en su diálogo interno, se dijo: “Basta de quejas y lamentos. Ya es tiempo de alabar a Dios por lo que hizo y por lo que hará a nuestro favor”. Cambiar los lloriqueos por una actitud de agradecimiento y de fe.

Y por último, Débora se dijo a sí misma que era tiempo de marchar con poder. Nuestras convicciones espirituales se renuevan cuando nos afirmamos en la Palabra de Dios. Nuestro diálogo interno debe expresar la victoria que nos fue dada por Cristo.

Y si las situaciones parecen complicarse más, debemos recordar en Quién tenemos nuestra esperanza. “¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío”. (Salmo 42:5). “Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de él es mi esperanza”. (Salmo 62:5).

¿Qué es lo que más te repites a ti mismo? ¿Cómo son tus diálogos internos? Deja que el Señor renueve tus pensamientos y escucha lo que Él tiene que decirte. Sus palabras serán medicina para tu mente y corazón.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Libro de devocionales «Tiempos de Refrigerio»
Adquiera el libro en Amazon

compartir por messenger
compartir por Whatsapp