«QUE NO TE FALTE FUEGO EN EL CORAZÓN»

Lucas 24: 32 Los dos hombres se dijeron entre sí:¡Con razón sentíamos que el corazón nos ardía de emoción cuando nos venía hablando y explicando las Escrituras en el camino!

¿Cuánto arde tu corazón por Dios?, es una pregunta que debemos hacernos siempre para internalizar en nuestras vidas.

Empezamos a perder el fuego por Dios cuando comenzamos a llenar nuestra mente y nuestro espíritu de las cosas vanas, pero olvidamos por completo su poder y su amor.

Es cuando lo que pensamos se vuelve más poderoso que la fe, y vez de contemplar a Dios en cada situación, nos dejamos dominar por las creencias de este sistema.

No pierdas la fe 

Hebreos 11: Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

Indudablemente, una alerta que nos hace ver que estamos perdiendo el fuego por  Dios es la falta de fe.

En este mundo actual donde la tecnología y las redes sociales están cada vez más presentes, estamos a un hilo de negociar lo que Dios dice para nuestras vidas, por solo  escuchar a quienes se hacen expertos por estas plataformas.

Incluso, he visto como algunos alimentan su fe por las frases que pueden leer en una red social, pero no se atreven a sumergirse en el río del espíritu santo de Dios; y es allí cuando se comienza a claudicar en la fe.

Si no depositas tu mente de la presencia de Dios,  sino que te dejas dominar por lo que dicen expertos, entonces estarás expuesto a que tu fe muera, y poco a poco el fuego ardiente que emanaba de ti, se vaya perdiendo.

Motívate a buscar a Dios en cualquier momento 

Salmo 63: 1Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas. 

Cuando hablo de motivarte no es solo algo de emoción, incluso habrá días en los que el desánimo te puede dominar, pero para que tu fe no muera debes obligarte a buscar de Dios.

Lastimosamente, por así decirlo, hay quienes solo buscan a Dios en temporadas difíciles, y su fe solo se condiciona  a un momento; pero estos no podrán vivir siempre cimentados en la roca.

Debemos analizar por un momento, ¿Dónde está cimentada la fe?, si sabemos edificar muy bien nuestras creencias podremos mantener una fe intacta, tal y cómo Dios lo quiere, nunca dejaremos que  el fuego mura.

Cuando pierdes el fuego por Dios, vas perdiendo la pasión. Antes te motivaba el orar, el buscar de su presencia, pero ahora solo caminas en las cosas que debes “hacer” y pocas veces edificas tu “ser”.

No permitas jamás que las múltiples obligaciones, que una agenda tan ocupada, que lo la banalidad de este sistema termine robando lo primero, que es tu comunión y conexión con Dios. Solo esto nos puede garantizar una vida plena, no libre de circunstancias, peto si dándonos la fortaleza para enfrentar cada una de ellas.

compartir por messenger
compartir por Whatsapp