¿ALIMENTAS TU EGO O LLENAS TU CORAZÓN?

Muchas personas de fe, conociendo a Cristo alimentan día tras día su ego, pero descuidan su corazón.

Una persona alimenta su ego cuando tiene una admiración desmedida de su propio ser, y esto es lo que los lleva a ser personas presumidas, despostas, narcisistas, o que se creen superiores al resto.

El ego en el mundo actual es una condición que limita las relaciones de muchas personas, pierden el reconocimiento de otros y solo se basan en lo que ellos mismos crean, en una identidad insatisfactoria, que nunca los hace percibir que están mal.

Incluso, algunos líderes llenos de ego se muestran como personas autoritarias a las que simplemente se debe obedecer, porque dicen tener la razón. Eso es parte de un ego alimentado, pero no un corazón bien edificado.

El ego es orgullo y el Señor lo detesta, por eso la biblia lo explica en:

Proverbios 8: 13 El que respeta al SEÑOR, rechaza el mal. Yo detesto el orgullo y la arrogancia, los malos caminos y la boca que dice mentiras.

Una persona ególatra solo sabe alimentar su orgullo, y es incapaz de anteponer el criterio de alguien más, pues siempre cree que tiene la razón de todo.

El orgullo se transforma en arrogancia y vanidad, lo cual puede provocar en muchos casos a vivir enfermos, siendo hostiles y separando relaciones.

Todos debemos aprender a morir a nuestro propio YO 

Muchas personas caminan en su día a día justificando sus acciones, siendo personas llenas de ego, y solo estableciendo su propio YO como forma de relacionarse.

Solo ellos tienen la razón y esa forma de ver la vida no les impide cosechar buenas relaciones. Para vencer ese propio YO, debemos nacer de nuevo.

Así como Jesús se lo planteó a Nicodemo, para poder deshacernos de toda fortaleza humana, debemos pedirle a Dios que transforme nuestro corazón y nos haga una nueva criatura.

No se trata de perder tu identidad, se trata de reconocer a Jesús en nuestros corazones para caminar sin torpeza alguna, y sin anteponer las creencias humanas que muchos tenemos y que nos hacen personas limitadas.

Proverbios 18: 6Después del orgullo viene la caída; tras la arrogancia, el fracaso.

El ego solo es una forma de separarnos del Dios de nuestra salvación, y cuando alimentamos el ego no solo afectamos a nuestro espíritu, sino también la vida de otras personas, que pueden amarnos, pero no pueden relacionarse con una personalidad que no ha sido transformada.

No podemos siempre sentirnos superiores a los demás, cuando actuamos así no salimos de nuestros pensamientos y solo vivimos aferrados a una conducta totalmente errónea.

Es hora de alimentar el corazón 

Cuando alimentas tu corazón con la presencia de Dios, entenderás que jamás habrá espacio para el orgullo, para la soberbia o para el ego.

Debes alimentar tu corazón a través de la humildad, sabiendo que no eres parte de la vieja naturaleza, porque ya has sido renovado por CRISTO.

Cuando tu corazón se vuelve a Dios, el velo es quitado y de esa manera podemos comprender que todo ego solo nos separa de las personas que amamos, mientras que cuando alimentamos nuestro corazón de humildad, compasión y amor para con otros tenemos mucho terreno ganado.

Muchas personas tienen el poder de influenciar a otros cuando saben cómo tratarlos de forma correcta, ni siendo ásperos, vanidosos, o ególatras, sino más bien empáticos, humildes y buenos compañeros.

Ten un equilibrio en tu vida y no permitas que el ego tome ventaja sobre ti. Sabes que tienes capacidades únicas, no te vanaglories con ellas, solo ayuda a otros a ser de bendición para esta tierra.

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