“El caballo se alista para el día de la batalla; mas Jehová es el que da la victoria.” Proverbios 21:31.

Durante las épocas de conquista, Israel experimentaba esta verdad bíblica cada vez que salía a la guerra. Desde el mismo día que salieron de Egipto, el Señor les dijo que, si confiaban en Él, pelearía por ellos siempre. “Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos” (Éxodo 14:14).

Era evidente que Dios les daba la victoria, porque Israel se enfrentaba a ejércitos muy superiores en número, estrategias militares, carros de combate e incluso artilugios de guerra. Sin embargo, no todo lo hacía el Señor, había una parte que debía hacer el pueblo, y Salomón lo dijo así: “El caballo se alista para el día de la batalla”. Hay que alistarse. Esta palabra en hebreo es kun y significa “estar erguido, firme, levantarse, prepararse, arreglar, asegurar, disponer, ordenar”. Esto no lo hace Dios, lo debe hacer el soldado.

Lo primero y más importante que les pedía Dios era prepararse espiritualmente. Sí, antes que el entrenamiento, afilar las espadas o preparar los escudos, y Josué lo sabía muy bien: “Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros.” (Josué 3:5). De hecho, muchas veces Israel perdió batallas porque no estaban bien con Dios. El pecado cancelaba las victorias.

No hay diferencia con nuestras luchas espirituales diarias. Necesitamos prepararnos espiritualmente. Dios nos promete victorias si estamos conectados con Él, andando en santidad y ponemos toda nuestra confianza en el Señor. Observa los siguientes versículos:

“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.” (Santiago 4:7).

“Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.” (1 Juan 2:14b)

“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.” (1 Juan 5:4).

“Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.” (1 Juan 5:18).

¿Cómo está tu relación con el Señor, tu santidad y tu fe? Haz tu parte, y el Señor te dará la victoria en cada una de tus batallas.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
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