33 Cuando vino la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. 34 Y a la hora novena Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? 35 Y algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: Mirad, llama a Elías. 36 Y corrió uno, y empapando una esponja en vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber, diciendo: Dejad, veamos si viene Elías a bajarle. 37 Mas Jesús, dando una gran voz, expiró. 38 Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. 39 Y el centurión que estaba frente a él, viendo que después de clamar había expirado así, dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.

40 También había algunas mujeres mirando de lejos, entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé, 41 quienes, cuando él estaba en Galilea, le seguían y le servían; y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén.

Reflexión: El silencio que salva (Marcos 15:33-41)

El cielo se oscureció y el Hijo de Dios exhaló su último suspiro. Parecía el final, pero era el comienzo de la salvación. En el clamor de Jesús —“¿Por qué me has desamparado?”— resuena el dolor humano más profundo, y al mismo tiempo, el acto supremo de amor. El velo del templo se rasgó, abriendo el camino hacia Dios. A veces, el silencio de Dios no es ausencia, sino el instante previo a la redención. En la cruz, Jesús transformó la oscuridad en esperanza eterna.
¡Dios te bendiga!

💗¿Eres una mujer que quiere sanar su corazón y reencontrarse con Dios?

📖 Este libro es para vos. ✨ Mujer de Propósito. Te guía durante 12 semanas con devocionales, versículos y ejercicios que transforman tu vida.

 Saná, crecé en la fe y caminá con propósito.

🛒 Disponible en Amazon:
👉 https://www.amazon.com/dp/B0FKZXPWJS

compartir por messenger
compartir por Whatsapp