Había una tortuga que estaba en la arena caminando y dejando sus huevos seguros.

En ese momento una liebre se le acercó y le dijo: quieres hacer una carrera conmigo?

La tortuga con sus movimientos lentos del cuello le quedó observando y le preguntó: ¿Liebre, sabes lo que mes estás preguntando?.

La liebre muy ágil le dijo : si claro, siempre he querido dejar en claro que eres lenta y muy lenta! Siempre han dicho que tú ganas con esa velocidad a una liebre en el siglo pasado atribuida a las fábulas de Esopo 600 años AC y Foutaine y Samaniego después.

Hoy les mostraré a todo el mundo que tu eres lenta en gran manera! Dijo la liebre mientras calentaba y hacía calistenia lista para correr.

La tortuga, le dijo: bueno, allí frente a mi está mi autopista señalando el inmenso mar, te atreves?

La liebre dejó de ejercitarse y hacer estiramientos y dijo: no se supone que sería aquí en la arena?

La tortuga le dijo: lo siento eso es en fábulas, esto es en la hora de la verdad, te enseñaré que tú y yo somos diferentes, tú eres para la tierra y odias el agua y yo soy del agua y necesito la tierra para mis generaciones futuras, por eso no menosprecio lo que el creador ha hecho.

La liebre en ese momento se dirigió al agua y metió una de sus patitas al agua y salió corriendo en dirección contraria y nunca más se le volvió a ver por ese lugar.

Nunca creas todo lo que te dicen, solo déjate ver en tu entorno y sorprende con lo que sabes hacer empezando a tu creador dándole a Él la honra y Gloria y deja que eso que tú haces sea una gran bendición todos los demás prójimos a tu alrededor.

Dr. Mauricio Loredo

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