“Sin embargo, para no ofenderlos, ve al lago, echa el anzuelo, y toma el primer pez que saques. Al abrirle la boca, hallarás una moneda. Tómala, y dásela a ellos por ti y por mí”. Mateo 17:27.

Los religiosos hipócritas que buscaban alguna ocasión para condenar a Jesús le preguntaron a Pedro si el Maestro pagaba los impuestos del templo. Tal vez con orgullo mezclado con un poco de miedo, rápidamente respondió: ¡Por supuesto que los paga!

¿El rey de universo pagando un impuesto al templo, a su propio templo? Aunque no debía pagarlo, iba a hacerlo, pero también Pedro, porque él sí era responsable de pagar ese impuesto.

Pero el problema era que ninguno de los dos tenía dinero. ¿Qué haría Jesús? ¿Levantaba una ofrenda? ¿Pedía un préstamo? No, el Maestro envió a Pedro a pescar y le dijo que dentro de la boca del primer pez que sacara habría una moneda del valor suficiente para pagar el impuesto de los dos.

Solo puedo imaginar lo que Pedro debió haber pensado: “¿Dinero en la boca de un pez? Esto tengo que verlo. He sido pescador toda mi vida y he visto muchas cosas dentro de los peces, pero nunca una moneda”. Sin embargo, cuando Pedro jaló el anzuelo y sacó el primer pez, en la boca encontró una moneda, tal como Jesús le había dicho.

Sí, yo sé que tú también tienes algunas cuentas que pagar y tu fe está creciendo, pero no puedo asegurarte que dentro de la boca de alguno de los peces que compres hoy en el mercado habrá una moneda, pero puedo decirte con total seguridad que Jesús sigue haciendo milagros, ¡no lo dudes!

Por supuesto que trabajamos para ganarnos el pan de cada día, pero a veces surgen situaciones inesperadas, cosas que no teníamos previstas en nuestros gastos, y Jesús, que conoce nuestras necesidades, siempre llega a tiempo para ayudarnos.

El cuidado de nuestro Padre por nosotros no se limita a lo espiritual, también está interesado en los detalles de nuestra vida diaria. Los medios que utilice para suplir nuestras necesidades pueden variar, pero el Señor siempre responde al que pone su confianza en Él. ¡No hay nada imposible para Dios!

Cortesía Pastor Pablo Giovanini Iglesia Cristiana Renacer Lynn

compartir por messenger
compartir por Whatsapp