“LA REGLA DE ORO SIEMPRE EFECTIVA”

Lucas 6:31 dice: “Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.” Este mandamiento de Jesús ha sido denominado “la regla de oro”. Es el primer gran principio para mantener relaciones sanas.

Es un principio de autoevaluación. Jesús dice esta frase a personas que se aman a sí mismos, que se respetan, que se valoran. Por supuesto que no le está diciendo a alguien que tiene pensamientos distorsionados con respecto a sí mismo (aunque a un masoquista le guste sufrir, ¡no debería hacer sufrir a los demás!) ¿Cuánto tú te valoras? ¿Sabes cuán importante eres para Dios? Cuando un cristiano reconoce el alto valor que tiene por haber sido comprado a precio de la sangre de Cristo, no quiere destruirse, no quiere dañarse, ni lastimarse, ni tampoco despreciarse. Desde esta posición debemos desear lo mejor de Dios para nosotros, anhelar que los demás nos traten con respeto, con valor, con amor y estima. Entonces debemos tratar a los demás de la misma manera.

Es un principio proactivo. Ha habido otros pensamientos y frases célebres similares, como por ejemplo “no hagas lo que no quieres que te hagan a ti”. Pero esta frase es pasiva, porque dice “no hagas”. Esta manera de pensar nos aquieta, nos paraliza y solo podríamos reaccionar ante una buena acción de otro hacia nosotros. Pero lo que dice Jesús es distinto: Hay que tomar la iniciativa. “¡Así haced!” dice el Señor. No es un principio negativo en donde solo pensaríamos en qué es lo que no debo hacer, sino más bien es positivo, porque me ayuda a pensar en qué es lo que debo hacer.

Es un principio práctico. Jesús no decía filosofías huecas para simplemente registrarlas en algún libro (De hecho, Jesús nunca escribió ningún libro, fueron otros que escribieron lo que Él dijo). Jesús desea que sus dichos y palabras se pongan en práctica en nuestras vidas.  El que aplica lo que Él dijo, será semejante a un hombre que edificó su casa sobre la roca. Pueden venir inundaciones, terremotos, huracanes, pero si el fundamento es Cristo y su Palabra, ese hogar permanecerá para siempre.

¿Cómo tratas a tu esposa? ¿Como te gustaría que te trataran a ti? Alguien dijo con verdad: “Si usted quiere que lo traten como a un rey, antes debe tratar a su esposa como una reina”.  ¿Cómo reconoces el alto valor que tiene tu cónyuge? ¿Cómo expresas tu amor, cuidado, protección y sentido de seguridad? ¿Con delicadeza, respeto, comprensión,  alta estima? Todo lo que des de valor se te devolverá con el mismo valor, tarde o temprano. Por supuesto que un corazón lleno del amor de Dios no lo hace por recibir recompensa, sino porque ha entendido el significado de ser un líder siervo.

¿Cómo tratas a tus hijos? El ser padres no nos da derecho de tratar a nuestros hijos como se nos dé la gana. Ellos merecen respeto, honra, amor, valoración, estima, porque son hijos de Dios. La Biblia tiene muchos pasajes donde nos enseña las maneras de educar y formar a nuestros hijos. También rendiremos cuentas ante Dios por cómo los hemos criado.

¿Cómo tratas a tus compañeros de trabajo y a sus superiores? Dios te ha dado el trabajo que ahora tienes, y debes administrar todo con sabiduría y conciencia de hacerlo como para Dios. ¡Tal vez en poco tiempo seas tú el jefe y ellos deberán respetarte por tu carácter excelente en Cristo y no a través de gritos e imposiciones! Tus compañeros, colegas, ayudantes, colaboradores, deben ser tratados con respeto, estima, empatía, consideración, aun cuando tú debes corregirlos por algo que no hayan hecho bien si esa era tu responsabilidad.

¿Cómo tratas a tus hermanos en el Cuerpo de Cristo? Un día, todos compareceremos ante el Tribunal de Cristo, y allí vamos a pasar toda la eternidad juntos. Las relaciones fraternales que estamos construyendo hoy durarán para siempre.  Filipenses 2:3-4 dice: “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.”

Eres un hombre de Dios, un discípulo genuino de Cristo. Permítete que otros vean la enseñanza de Jesús en tu conducta. Te sorprenderás al ver los cambios en las personas más difíciles cuando apliques cada día la regla de oro.

Cortesí­a Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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