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¿QUÉ TAN DEFINIDO ESTAS POR DIOS?

Uno de los grandes problemas de un creyente en su fe puede ser su indefinición; pero también uno de los grandes problemas del hombre es no tener claro que desea hacer.

Cuando nos toca tomar una decisión en nuestras vidas, allí podemos evaluar si somos personas definidas o indefinidas. Y esto lo podemos llevar a todas las esferas de nuestras vidas.

Por ejemplo, habrá personas de relaciones amorosas muy menguantes, o cortas, porque su indefinición de formar una familia o establecer un matrimonio, los lleva a claudicar rápidamente.

Existen personas que por no encontrar satisfacer sus necesidades, o por dejarse llevar por cosas externas, nunca terminan siendo constante en una labor, un trabajo, o una responsabilidad, así que todo queda a medias.

Cuando hablamos de personas definidas, en la biblia por ejemplo, me gustaría mencionar el mejor ejemplo: ¡Jesús!

Él sabía y tenía su misión clara en esta tierra, y a pesar que podía ser un recorrido doloroso, él estaba definido por su propósito, y no terminaría sus días aquí, sin haber cumplido con su obra.

Juan 4: 34-35 “34 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. 35 ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.

Incluso, en medio de su ministerio el maestro da clara instrucciones para seguir cumpliendo con su mandato, con su verdad, con su poder. Su misión estaba en proclamar, liberar, y hacer la manifestación visible del reino de Dios aquí en la tierra.

Ahora bien, porque es tan importante estar definido por Dios.

Si queremos ver resultados en todas las áreas de nuestras vidas, debemos pensar en qué lugar estamos colocando a Dios, y esto es una verdad irrefutable.

En ocasiones, de forma consciente e inconsciente le reclamamos a Dios por cosas que no hemos podido alcanzar, pero somos incapaces de colocarlo en el primer lugar de nuestras vidas.

¿Qué pasa cuando somos personas indefinidas?

Esta indefinición llevémosla a todos los ámbitos de la vida. Cuando somos personas “no definidas” en nuestra fe, nuestras emociones, o nuestro día a día, lo primero que se produce es:

1. Lentitud para accionar: Y es que pensaremos más de lo que actuaremos, y pasaremos la vida pensando en sí es o no lo correcto, dejando a un lado  los riesgos, y siendo más conformistas en nuestro accionar.
2. Dejaremos de ver las oportunidades: El indefinido nunca podrá ver las oportunidades de Dios, y caminará siempre bajo su propia incredulidad e indefinición.
3. Retraso: Más de una vez he escuchado mujeres pasar su vida esperando el hombre perfecto, cuando ya la etapa de la soltería pasa y terminan frustradas, pues hay una edad donde deben aceptar lo que llega. Allí muchas veces se retrasa el propósito de formar una familia, porque la indefinición lo que trae es retraso.

No es posible lograr grandes retos, sueños y planes, cuando somos personas indefinidas, y cuando siempre caminamos en un terreno donde la postergación, la falta de determinación y la incredulidad se apoderan de nuestras vidas.

Cuando una mujer comparte su vida con un hombre indefinido, siempre vivirá al miedo o la incertidumbre de lo que será su mañana, porque la indefinición solo puede causar angustia.

Por año he visto como muchas personas caminan de esta forma tan errante, y pasan los años y su actitud no cambia, pues no se atreven a dar ese paso que deben dar.

La definición trae frutos

Ahora bien, hay algo importante que debes saber. La definición en nuestras vidas trae frutos, y esto es algo que debemos siempre tomar en cuenta para nuestro accionar.

En las finanzas, en la vida amorosa, incluso en nuestras profesiones, metas, estudios, debemos entender que para alcanzar frutos, hay que empezar a tomar decisiones acertadas y estar definidos.

Para empezar, comienza por hacer una lista de hábitos, o cosas externas que te quitan la productividad. Aprende, o decide mantenerte enfocado por aquellas codas que te generan resultado, y establece límites para que puedas apreciar los frutos por los cuales estas trabajando.