Santifica el nombre de Dios 

Salmo 127.1 Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la  edifican

Ezequiel 36.16-23 cuando llegaron a las naciones adonde fueron,  profanaron mi santo nombre, diciéndose de ellos: Estos son pueblo de  Jehová, y de la tierra de él han salido. 21Pero he tenido dolor al ver mi  santo nombre profanado por la casa de Israel entre las naciones adonde  fueron. 22Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor:  No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo  nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis  llegado. 23Y santificaré mi grande nombre, profanado entre las naciones, el  cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo  soy Jehová, dice Jehová el Señor, cuando sea santificado en vosotros  delante de sus ojos

Llegué a este pasaje, en mi estudio de: Mateo 6.9 Vosotros,  pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu  nombre

Estos pasajes fueron los que Dios usó para motivarme a  comenzar esta obra que hoy cumple quince años.  

¿A cuántos de nosotros les gustaría vivir en un mundo  mejor? El mundo en que vivimos es convulso. El mal  acampa a sus anchas, por causa del pecado del hombre,  que en su rebeldía para con Su Creador, se ha alejado de  Él y ha seguido los dictados de su propio corazón.  

El mundo que hoy padecemos es el que hemos hecho entre  todos. Un mundo cruel e injusto en el que impera la ley 

del más fuerte y poderoso. En el que cada vez hay menos  justicia y más maldad. 

¿Realmente es posible un mundo mejor? A lo largo de la  historia, el ser humano ha intentado conseguir un mundo  mejor, sin contar con Dios.  

Hace treinta años Naciones Unidas elaboró un proyecto  para acabar con el hambre en el mundo. Hoy, seguimos  viendo millones de personas muriendo de hambre por falta  de recursos, que otros acaparan para sí mismos. 

Las guerras se suceden sin que los avances en la ciencia o  el desarrollo tecnológico la haga menos cruenta, sino todo  lo contrario. Actualmente, un soldado, desde la seguridad  de su propio cuartel en su propio país, puede pilotar un  caza y destruir ciudades enteras, con un mando de juego.  No. El mundo no está mejor, ni mejora, sino que cada día  hay menos seguridad, menos futuro, porque el amor de  muchos se ha enfriado y la maldad se multiplica. 

Nunca como ahora, el mundo ha estado tan pervertido. El  ser humano en su desvío y locura ha renunciado a la  verdad y camina hacia su propio fracaso, al abandonar  todos los principios y valores que hicieron posible el  desarrollo de las sociedades. 

Carlos Mark quiso con su comunismo, mal interpretando  las Escrituras Sagradas quiso conseguir un hombre nuevo  sin Dios. Consiguió en Europa cien millones de muertos,  intentando imponer a todos sus ideas comunistas. Eso la  izquierda, pero el fascismo de la derecha no es mejor. Ha sido causante de la esclavitud y de la muerte de millones  de personas para enriquecer a una minoría. 

Actualmente, aún hay algunos locos que creen que el  socialismo es la solución, o que la derecha lo es.  

En el terreno de la religión también hubo sus intentos de  imponer una sociedad religiosa, en la convicción de que  así conseguirían un mundo mejor. En Ginebra lo intentó  Juan Calvino imponiendo lo que él llamó una teocracia,  pero en realidad sólo consiguió insituir una dictadura  Calvinista. 

Sus logros, cincuenta y siete personas asesinadas, algunas  de ellas en la hoguera, por no renunciar a sus principios e  ideas. Muchos exiliados, y una religión que hasta el día de  hoy, sigue apartando a la gente de la verdad, con sus  mentiras. 

¿Qué tiene que ver esto con esta congregación? Mucho.  Porque precisamente, ante la perspectiva de lo que ocurre  en el mundo entero, y también en la Iglesia, es que como  cristianos debemos cuestionarnos cuál es nuestra  responsabilidad en todo esto. 

En el año 2001 había probado distintas experiencias  eclesiales. Había pasado por la iglesia católico romana en  la cual nací, pero la fe de los católicos es una religión  fundamentada más en las tradiciones humanas que en la  Palabra de Dios. 

Después, pasé varios años estudiando todo lo que caía en  mis manos que tuviera que ver con la fe, con lo espiritual, incluso con lo esotérico, con las distintas filosofías  humanas. Afín acabé considerándome agnóstico. 

Cuando conocí la fe evangélica, creí que había encontrado  la verdad. Durante diez años serví a Dios desde esa fe,  hasta darme de bruces contra la realidad de que tampoco la  iglesia evangélica está exenta de mandamientos y  tradiciones de hombres, que se anteponen a la sencilla  verdad de la Sagrada Escritura. 

Estudié la fe evangélica en casi todas sus versiones, digo  en casi por si me dejé alguna por conocer, y comprobé las  muchas divisiones e incluso contradicciones que existen  entre los distintos grupos y denominaciones.  

Exactamente igual que en la iglesia católico romana,  cuando investigas las raíces de sus distintas órdenes:  Franciscanos, Dominicos, Jesuitas, etc. 

En la iglesia evangélica están los luteranos, bautistas,  pentecostales, metodistas, presbiterianos, calvinistas,  arminianos, y no paras de contar. 

En el año 2001 Dios permitió que pasara por el hospital.  Estuve casi tres meses hospitalizado.  

Aquellos casi tres meses de paréntesis, me sirvieron de  bendición a pesar de la enfermedad, porque me  permitieron servir a Dios en el mismo hospital. Pero  también me permitieron tener más tiempo para buscar a  Dios y meditar profundamente sobre mi vida, mi familia,  mi ministerio, sobre todas las áreas de la vida. 

Dios me habló por medio de Su Palabra y lo hizo por  medio de estos pasajes:  

Mateo 6.9 … santificado sea tu nombre

Ezequiel 36.16-23 Y santificaré mi grande nombre, profanado entre  las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las  naciones que yo soy Jehová, dice Jehová el Señor, cuando sea santificado  en vosotros delante de sus ojos

Entendí que si queremos un mundo mejor debemos dejar  de intentarlo sin Dios, y acudir a Él. Sólo Él lo conseguirá.  Así está escrito en Isaías 11.1-9: 

Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. 2Y  reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de  inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de  temor de Jehová. 3Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No  juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; 4sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los  mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el  espíritu de sus labios matará al impío. 5Y será la justicia cinto de sus  lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura. 6Morará el lobo con el cordero,  y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia  doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. 7La vaca y la osa  pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja.  8Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado  extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. 9No harán mal ni  dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del  conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar

Sólo Cristo puede edificar la Iglesia verdadera. En Mateo  16.18 dijo: …edificaré mi iglesia; 

La Iglesia no es del Pr. Nicolás, ni del Pr. Andrés, ni de  ningún pastor se llame como se llame. La Iglesia es de  Cristo. Él la edifica.

Él no escogió a ángeles para edificarla, sino a personas, y  no a cualquier persona, sino a gente normal y corriente.  

1Corintios 1.26-29 Pues mirad, hermanos, vuestra  vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni  muchos poderosos, ni muchos nobles; 27sino que lo necio  del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y  lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo  fuerte; 28y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió  Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de  que nadie se jacte en su presencia

No escogió a sabios ni entendidos; no escogió a fuertes ni  poderosos. Escogió a gente como tú y como yo para  mostrar su poder en nosotros, a fin de que nadie se jacte  en su presencia. Para que toda la gloria sea para él.  

¿Puede usar Dios a gente muy inteligente? Por supuesto, y  lo hace. Hay grandes hombres de ciencia, en todas las  ciencias, que manifiestan abiertamente su fe en Dios y la  defienden ante aquellos que la rechazan. Pero también  Dios escoge a personas sencillas sin grandes cualidades.  

Dios me motivó a preparar un proyecto de iglesia. No  sabía si tendría, o no, la oportunidad de llevarlo a cabo,  pues, mi estado de salud podía ser un verdadero problema.  

Finalmente me extirparon el pulmón derecho; y me dijeron  que debía llevar una vida absolutamente sedentaria, sin el  menor esfuerzo físico, porque podía darme una embolia  pulmonar.

Antes de operarme me dijeron que debía estar de tres a  cuatro meses en un postoperatorio muy duro, hasta  aprender y acostumbrarme a respirar con un solo pulmón. 

Salí del hospital, a los diez días, y lo hice con ganas de  seguir adelante con mi vida. Pues, entendía que si Dios no  quiso llevarme en aquella operación tan delicada, en la que  estuve a punto de morir, fue porque tenía un propósito con  mi vida que debía cumplir. 

Entendía que debía comenzar obra, y nos pusimos en  marcha. Sabía bien la dirección que debía tomar. En  medio de tanta confusión, Dios quería santificar Su propio  Nombre, y puso esa carga sobre mi corazón y el de mi  esposa Montaña.  

El nombre de Dios estaba siendo profanado en medio de  las naciones. No por los agnósticos o ateos, lo cual sería  tolerable, sino que está siendo profanado por aquellos que  se dicen ser pueblo de Dios. 

La Palabra de Dios dice: “No tomarás el nombre de  Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente  Jehová al que tomare su nombre en vano.” (Éxodo 20:7).  

Pero hoy se profana, muchos pisotean el Santo Nombre de  Dios; muchos que se dicen ser cristianos pero como si no  lo fueran. Como si no fueran a rendir cuentas delante del  Creador. 

Desde un principio, nos propusimos santificar el nombre  de Dios, primeramente en nuestras vidas, y después en  nuestro entorno. 

A mediados del 2001 nos pusimos de acuerdo con otros  hermanos en orar por la iglesia en general y por nosotros,  para que Dios nos mostrara su voluntad específica para  nuestras vidas. Al final de ese mismo año, ya teníamos un  grupo que nos estábamos reuniendo por las casas para  santificar nuestras propias vidas. 

Los principios no fueron fáciles, nunca lo son. Había cosas  en nuestras propias vidas que debíamos cambiar, y las  cambiamos. Dios lo hizo en nosotros.  

Enfrentamos muchos problemas, de los de fuera y también  de los de dentro. Pero Dios defiende Su obra y lo que Él  edifica nadie lo tumba. A Él sea toda la gloria. 

Hoy estamos aquí, quince años más tarde. Dando gracias a  Dios por todas las experiencias vividas. Las buenas, y  también las malas. Porque sabemos que a los que aman a  Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que  conforme a su propósito son llamados. Romanos 8.28 

Somos conscientes del momento histórico que nos ha  tocado vivir y estamos profundamente comprometidos con  Dios y Su obra, en vivirlos intensamente. 

Actualmente esta congregación está en el camino correcto.  Como dice el lema de este año: No que lo haya alcanzado  ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si  logro asir aquello para lo cual fui también asido por  Cristo Jesús. 13Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo  ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente  lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, 14, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento  de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3.12-14. 

Actualmente estamos trabajando mucho para poder ser ejemplo a otros hermanos nuestros en todo el mundo. A  Dios sea toda la gloria.  

Tenemos muchos retos por delante, pero lo vivido hasta  ahora nos permite creer que el mismo Dios que nos ha  traído hasta aquí, nos seguirá guiando hasta el final del  trayecto. 

Por ese motivo, quiero animaros a seguir y no desmayar.  Para que Dios sea glorificado en nuestras vidas, y también  en nuestro testimonio personal y como congregación. 

Queremos invitar a todos cuantos nos ven por las redes  sociales a unirse a nosotros en este proyecto, de santificar  el Nombre de Dios, primero en nuestras propias vidas,  para después poder santificarlo en los demás. 

Únanse a nosotros en la fe de Jesucristo, el Hijo de Dios,  quien dio su vida por todos nosotros, como está escrito:  Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere  para sí. 8Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si  morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que  vivamos, o que muramos, del Señor somos. Romanos 14.7-

Aprovechemos el tiempo que nos quede en esta tierra para  marcar la diferencia, para mostrar al mundo que con Cristo  es posible una vida mejor. Sin imponerla a nadie, sin  presiones. Pero mostrando la verdad a todos.

¿Seguirás profanando el nombre de Dios en el mundo a  ojos de todos, o lo santificarás primero en tu vida, y  después en tu entorno? 

Pretendemos mantener viva la llama de la fe en Jesucristo. Ese es nuestro objetivo como congregación.  

Esa es nuestra meta como cristianos. 

Pretendemos unir en todo el mundo a cuantos crean lo  mismo que nosotros creemos. 

No pretendemos fundar ninguna denominación religiosa. Pretendemos ser columnas y baluartes de la verdad. Pretendemos ser fieles a Dios, conforme a Su Palabra. 

Muchos dirán que estamos locos, otros nos criticarán, o  nos juzgarán según su visión denominacional. Pero no nos  importa, porque no buscamos agradar a los hombres, sino  a Dios. 

¿Querrás unirte a nosotros en adoración a Jesús llamado el  Cristo?  

Pr. Nicolás García / Iglesia Berea

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